Las escenas post encuentro sexual pueden ser varias: el legendario
cigarrillo, comer algo, hablar de lo ocurrido, una siestita, la tele, el
teléfono, un tweet o… ¿te pido un taxi?
Por naturaleza, en un encuentro sexual suelen ser dos los que
conectan y comparten. Pero, más allá de esta “sociedad para el placer”,
sea cual sea el acuerdo o el grado de complicidad o deseo, en cada
relación siempre hay un momento de extrema soledad.
El orgasmo es una de esas experiencias íntimas y personales. Cada
quien sabe qué emociones y sentimientos estuvieron en juego al llegar
esos 10 segundos promedio que suele durar el último tramo del viaje. Y
después, ¿qué?
La escena post sexo, sea cual haya sido el juego, orgasmo mediante o
no, es otro de esos momentos de extrema individualidad donde lo ideal
sería continuar con las caricias hasta retomar la actividad o despedirse
hasta la próxima vuelta. Pero cada quien sabe qué suele suceder
terminada la experiencia en cuestión.
Si bien no siempre gozamos o sentimos lo mismo finalizado el supuesto
pico máximo del encuentro, suele haber estados o rutinas “clásicas”
que, más allá de dar pistas sobre nuestra personalidad y la de nuestra
pareja, pueden llegar a configurar el comienzo de los encuentros
venideros.
¿Qué suele pasar en tu “tercer tiempo”? ¿Qué es lo que no se recomienda que ocurra?
Por lo general, cuando todo culmina, inevitablemente llega la
valoración de lo que acaba de ocurrir. El primer gran error, o situación
a tener en cuenta para ser evitada, es criticar la actuación del otro.
Lo que se calla también cuenta. Debemos tener en cuenta que el “silencio
interior post sexo” suele actuar como un reforzador positivo o negativo
de lo que acaba de pasar. No es que haya que tomar clases de teatro
para evitar lo muchas veces inevitable, pero cada quien deberá saber qué
señales poner en juego para comunicar o disimular el balance.
Entre los NO, es fundamental tener en cuenta el efecto que puede
provocar el encender el televisor sin consentimiento del otro; así como
buscar el teléfono o la PC por curiosidad, para mandar algún tweet o
mensaje o, lo que puede ser tomado como un ofensa mortal, para retomar
el trabajo que, por un momento, quedó suspendido por el sexo.
Otro de los “no recomendables” es aprovechar el clima “post
satisfacción” para negociar “algo en particular”, pasar facturas o
resolver asuntos pendientes. No todos saben manejar este momento donde
se suelen jugar extremas delicadezas.
No meterse en el baño al segundo de haber terminado. Eviten
permanecer allí por varios minutos, así lo que más deseen sea una larga
ducha. Todo lo que retrase el regreso puede ser interpretado como
intento de fuga.
A los que los “mata” el hambre o la sed post competencia, conviden o indaguen amablemente sobre las preferencias del otro.
Puede resultar gracioso o banal, pero muchos no volvieron a tener
relaciones por el comportamiento que, ellos o sus acompañantes, han
tenido una vez finalizado algún encuentro sexual.
via : derf
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