Aunque no es un dato generalizado, la mayoría de hombres y
mujeres llevan un ritmo de vida sexual diferente. Esto no representa un
problema hasta que en una pareja, ya sea amorosa o sexual, la mujer
tiene problemas para llegar al orgasmo. Por eso, a continuación se
presentan algunos consejos y posiciones para que esta situación no
ocurra.
Si bien culminar la relación sexual con un orgasmo, no es la única finalidad de éste, si es un factor muy importante. Se sabe que muchas mujeres tienen dificultades para llegar al clímax,
lo cual se debe a varios factores, pero se puede nombrar como el
principal la falta de control sobre sus propios cuerpos durante el acto.
De manera que cuando se deja toda la tarea al hombre, la mujer somete
irremediablemente su placer a lo que el compañero sea capaz de lograr.
Si se quiere dar una solución a la situación, se
puede probar con posiciones donde la mujer controle tanto su cuerpo como
su placer, donde sea ella quién decida el grado e intensidad de la
penetración, así como los movimientos.
Para hacer más sencilla esta tarea, se enumeran aquí algunas de esas posiciones para que se entienda la meta.
:
La doma: Esta posición es muy cómoda para la mujer, quien se
sitúa sentada en una silla de frente sobre su pareja, quien también
está en la silla. Aquí la mujer puede controlar perfectamente la
intensidad del movimiento así como el grado de la penetración.
El acróbata: Aunque no es una postura donde se pueda haber
mucho movimiento, es la idónea si se desea penetración con estimulación
manual libre. La posición consiste en que el hombre se recueste boca
arriba y la mujer encima de él, sentada erguidamente; de esta manera el
hombre puede ayudarla a moverse mientras ella toca su clítoris o
viceversa.
El pulpo: Esta posición requiere de un poco más esfuerzo
físico, ya que la mujer y el hombre se colocan sentados de frente uno al
otro, siendo la mujer quien sube sus piernas en los hombros del
compañero y mantiene el movimiento con los brazos. No obstante existe
una variante llamada “la fusión”, donde el acomodo es el mismo, pero con
la diferencia de que las rodillas de ambos están flexionadas (como
cuando se toma el sol). De esta manera la mujer controla el grado de
penetración, el clítoris queda libre, y el deleite visual es un buen
incentivo para la excitación.
La cucharita: Esta posición es muy estimulante para la
mujer, ya que consiste en que la pareja se coloca detrás de ella estando
ambos acostados en pose fetal, su compañero puede acariciarla y
apoyarse totalmente sobre su cuerpo, mientras la mujer o el mismo
compañero acarician el clítoris.
El jinete: Esta es una de las posturas con más control para
la mujer, donde el hombre se recuesta boca arriba, y la mujer se coloca
sobre él sentada mirando hacia los pies del compañero, es decir, en
sentido inverso. Los movimientos pueden ser de atrás a adelante, en
círculos o con sentones, pudiendo la mujer medir la intensidad de todo
el acto mediante el uso de ésta posición. Existe una variante donde la
mujer mira a la cara de su amante en lugar de darle la espalda. El
clítoris queda libre para su estimulación.
Con posiciones donde la mujer tenga acceso libre a acariciar o
ser acariciado su cuerpo, se puede maximizar o minimizar la penetración
del compañero y elegir el ritmo en el acto sexual, siendo así más
probable que su goce sea mayor e incluso pueda llegar al orgasmo.